“Las convocatorias al diálogo no funcionan porque siguen una lógica de hacer siempre lo mismo”, dijo Sabor

Ezequiel Sabor, ex secretario de Trabajo de la Nación y ex embajador argentino en México afirmó que “Las convocatorias al diálogo solo se utilizan para evitar conflictos inminentes, siempre bajo el vicio de la coyuntura; y sin tener a todos los sectores representados en la mesa, será un fracaso”.

Esta semana, el Gobierno de Alberto Fernández oficializó la creación del Consejo Económico y Social a través del Decreto 124/2021, publicado en el Boletín Oficial. En este sentido, Ezequiel Sabor, ex Secretario de Trabajo del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, sentenció: “El intento de los gobiernos de convocar a una mesa de diálogo entre el sector productivo y los trabajadores para unificar criterios de políticas a implementarse termina siendo un fracaso en la vida práctica de los argentinos, porque los actores que participan no reconocen que la estructura económica y social de la argentina ha cambiado”.

Asimismo, afirmó que establecer una mesa de trabajo representativa “es prioritario y deberían empezar a preguntarse qué hacer con más del 40% de los trabajadores informales o cómo integrar a una economía informal que hoy innegablemente existe”. Para lo cual primero “hay que reconocer que el mercado informal viene creciendo, que las políticas que se implementan para detenerlo hacen agua y que las modalidades de empleo adquirieron otras formas como la figura de autónomos y monotributistas”.

“Todos los partidos políticos a cargo del poder ejecutivo han convocado a la mesa de diálogo en situaciones de extrema delicadeza económica y social. Sin embargo, el camino recorrido nos demuestra que las convocatorias solo se utilizan para evitar conflictos inminentes o constituyen el freno a la escalada de un conflicto latente. Nunca van un poco más allá de la coyuntura”, afirmó Sabor.

Y agregó: “La institucionalización del Consejo Económico Social parece nacer justamente dentro del vicio político del hacer bajo la coyuntura, y en este caso con la gravedad que le otorga la pandemia. Si la inminente voluntad política no tuerce la lógica de hacer siempre lo mismo, será un fracaso”.