Resultan notables las diferencias en el padecimiento subjetivo de los adictos en pandemia, dependiendo de si son pacientes, o no. Me refiero a pacientes de un terapeuta, situación que invita siempre a dos preciosas señoras: Paciencia y Palabra.
Quienes estaban en tratamiento previo al Covid, quienes ya no estaban yendo al Reino del Olvido (Sala de juego) porque reemplazaron la necesidad de aturdimiento por la de hablar, o iban cada vez menos. Quienes estaban resolviendo desencuentros familiares, laborales, retornando al anhelo de estudiar, de pasar tiempo con amigos. Quienes estaban aprendiendo a atravesar momentos de aburrimiento, así como momentos generadores de ansiedad sin desesperarse, esos sujetos y sus familias están soportando notablemente mejor la pandemia que quienes no estaban en tratamiento.
Ser paciente y contruír una esperanza, ya no en el azar sino en el deseo y en los lazos, hará de las marcas pandémicas, marquitas de una vida recorrida.
Débora Blanca
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