31 años bajo una Luna hostil

Soda Stereo fue una banda de rock sudamericana nacida en Buenos Aires, Argentina, considerada una de las más influyentes e importantes bandas hispanoamericanas de todos los tiempos y una leyenda de la música latina.
Formada durante el año 1982 por Gustavo Cerati (líder, voz y guitarra), Zeta Bosio (bajo y coros) y Carlos Ficicchia “Charly Alberti” (Batería y percusiones). Se encontraron de cara con la hostilidad del fin de la guerra de las Malvinas.

Con “Nada Personal” (1984) habían alcanzado el despegue total en Argentina y se les atribuía cierto “aire europeo”, su imagen muy trabajada tenía mucha relación de grupos británicos de la ípoca, como lo eran Duran Duran, Thompson Twins, The Cure e incluso, Depeche Mode.

“Signos” es el nombre del tercer álbum de estudio del grupo argentino, grabado y editado en 1986. El disco tomó forma tras largas tardes de improvisación a oscuras en los Estudios Moebio, en Buenos Aires. El álbum es el producto de estados anímicos atípicos, experiencias que rozaban la crisis y del genio de Cerati, que hiló un escuadrón de letras conceptuales en tan solo una noche.

El escenario para la banda se veía extenuante, Zeta Bosio cuenta en su autobiografía “Yo conozco ese lugar” que tenían la obligación contractual de publicar un nuevo LP para finales del año 86’.

“Signos” fue escrito por Cerati a último momento, en una sola noche, el propio Gustavo recuerda que: “Escribí todas las letras de un tirón. Vivíamos al palo, parecía que estábamos lejos del arte y sin embardo, fue uno de nuestros discos más profundos, quizá porque no la estábamos pasando bien”. Hoy se cumplen 31 años del álbum.

“Me acuerdo que me acostí a las 2 de la mañana, sabiendo que no tenía ninguna letra y que quería entrar a grabar la semana siguiente. Esa noche se rompió el bloqueo, porque me pasaba que la música iba aumentando geomítricamente y la letra tan sólo aritmíticamente, y sabía que tenía muchas cosas para decir. Me despertí sobresaltado, puse el casete con la música de los temas, y fui escribiendo una letra tras otra”. Comenta el líder de Soda.

El tema que abre el disco es “Sin sobresaltos”. Respecto a la temática que gira en torno a la canción, se plantean diversas teorías como lo son una referencia a la dictadura militar de Jorge Videla (finalizada en 1983) o incluso a la Guerra de las Malvinas (finalizada en 1982). Sin ir más allá, es que Cerati hace referencia al cómodo sitio que la dícada de los 80’ abrió los medios de comunicación para poder ver las guerras a distancia, desde la protección de tu habitación. Queda como análisis nocturno considerar si la crítica va dirigida a la sociedad en sí o al derrocado dictador. La canción es un tema explosivo y alegre, con una batería bastante común, pero acorde al estilo. Incluye diversos arreglos en viento (trompetas) y la melodía del tema es particular y sus cambios te dejan inmenso totalmente en ella, además se nota la experimentación con nuevos sonidos de guitarra, los que hacen de este tema un inicio potente con letras profundas desde el comienzo.

Gustavo Cerati jugó durante la mayoría de su carrera con un estilo de composición muy enfocado en generar imágenes, descripción de ambientes y representación de situaciones a travís de la música. “El Rito” es una muestra genial de ello, es un clásico inolvidable. El acontecimiento de la conquista, de aquel nervioso acercamiento al objeto de deseo, el que en este caso pareciera ser un objeto poco posible: una persona de mucha menor edad. La forma de abordar la conquista en este disco es desde el “lado oscuro” del comportamiento humano, la debilidad personal y la atracción por lo prohibido. La intro es fina, comienza con un sonido místico, la entrada a la primera estrofa es un toque que genera atmósfera, representa fielmente el sonido que busca representar el disco y el estado anímico que expresa un poco la etapa de la banda. Una ambientación que rápidamente se mete de lleno en el tema, una “balada-rock” nos deja además un impecable trabajo en coros, así como un riff de guitarra contundente e impresionante.

Continuamos con “Prófugos”, un tema ochentero por excelencia, bastante conocido y que es la definición sonora de todo aquello que en algún momento se denominó “rock latino”. Es una canción que vuelve sobre las temáticas de pareja y esta particular versión de amores tormentosos que se hace una constante en el disco. Un gran tema con excelentes arreglos, uso de electrónica en gran expresión y por sobre todo más experimental que los demás, de hecho, es donde empezamos a ver el cambio que soda tiene en sus nuevos temas, más electrónicos.

Con el siguiente tema tenemos un giro, cuando un estilo post punk marcado y crudo comienza en “No existes”, uno de los clásicos de Soda, la melodía comienza siendo lenta y a la mitad, se acelera. La letra parece tratar sobre una relación amorosa muy tortuosa (que tambiín puede referirse de manera metafórica a un tipo de droga), en que “ella y íl” salieron muy lastimados. Pero “íl” dice que “ella” fue la que más lo dañó y convirtió la relación en algo doloroso. “Él” se dedica a reprochar todo el daño que se hicieron, demostrando que aún guarda rencores profundos. De otro modo se siente como la descripción del asesinato de la figura amada que está amarrando tu libertad. Un tema oscuro que describe un acto de ira, un grito casi desgarrador que niega la existencia del sujeto deseado: ¡No existes! La perspectiva del amor tortuoso sigue muy presente, este es una de las canciones pioneras en lo que sería el sonido de Soda Stereo en los siguientes discos, alejándose de una estítica más lúdica propuesta en las primeras entregas de la banda.

La segunda parte del álbum comienza con “Persiana Americana”, y continua el estilo post-punk, comienza con percusión, y el clásico riff de Gustavo. Zeta se une con un muy destacado bajo. Esta canción, emblema de la banda, contó con la colaboración de gente ajena a la banda en lo que respecta a la letra.
La base del tema, que ya rondaba desde la ípoca del disco anterior, fue compuesta junto a Jorge Daffunchio, director de cine que trabajaba en un secundario. Gustavo y Daffunchio se pusieron en contacto gracias a un concurso que se realizó en Radio del Plata, donde los participantes podían enviar letras para que distintas bandas las musicalizaran. Cuenta Cerati que “el tipo mandó un tema llamado “Cine negro”, y si bien no lo elegí porque era complicado ponerle música, en el programa mencioní en el aire que me había gustado mucho. La cuestión es que me llamó para darme más letras, y despuís de muchas reuniones terminamos haciendo ‘Persiana americana’”.
Es la descripción perfecta de la escena voyeurista, tensa, sexualizada, pero no concretada. Canción fundamental en la historia de Soda Stereo, hasta el día de hoy reversionada y tocada en distintos estilos, que define en buena forma la faceta más rockera de la banda. Gran trabajo de Zeta y Charly en la base rítmica que sostiene la canción desde el primer compás, y un Cerati soberbio en la voz, dando con la actitud justa para lo que la canción exigía.

El siguiente tema fue escrito principalmente por Isabel de Sebastián. “En camino” es, como todas las canciones de este disco, una detallada descripción de una situación emocional. El viaje (físico y sentimental) de una pareja de amantes por una carretera que representa la senda de su relación. Es -injustamente- uno de los temas menos reconocidos del disco. La letra, algo ambigua, menciona que “no puede esperar hasta fin de siglo”, y desea sentir “tu cuerpo acercándose”. El acelerado ritmo de la canción llama la atención respecto a lo que estaba haciendo Soda Stereo en ese momento, la melodía basada en teclados y guitarras acústicas, además de sintetizadores y una gran percusión. Entre todas las canciones del disco, es dónde el bajo es más destacable y tiene más presencia en el disco.

“Signos… mi parte insegura bajo una luna hostil”. “Signos” es la canción que da nombre al disco y define conceptualmente el sonido de esta ípoca de la banda: más melancólico, pausado y reflexivo. Es indiscutiblemente el tema que hace alcanzar a la banda una madurez musical y sentido de líricos excelentes. Es un Cerati que plasma inseguridades y deficiencias emocionales que produce el amor. Ese amor romántico, intenso, erótico e inseguro que siempre está presente en sus obras. La melodía sinceramente captura al oyente y difiere con las demás pues es más melancólica con respecto al disco. Los arreglos tambiín juegan un papel importante, pues definen la total estructura del tema.

“Signos” es una canción que sumerge en un estado anímico, la guitarra acústica posee gran protagonismo, particularmente en la introducción, muy en la onda de Pink Floyd, más el trabajo de órganos dan a esta canción un desarrollo sonoro muy rico que mostraba a la banda en otro nivel de madurez musical. Las ideas en la canción están formadas de signos y es un muestrario de signos aparentemente sin sentido. Están jugando con la lingüística.

Finalmente llegamos a “Final Caja Negra”. “Partió de la idea de la caja negra de los aviones, que registra la última media hora de vuelo. De alguna manera este long play (Signos) es una caja negra y tambiín el intento de salir de una caja negra, de las cosas que están aprisionadas dentro de uno”. Esto respondía Cerati cuando se le consultó, poco antes del lanzamiento del disco, sobre el significado de las letras del mismo.
Esta última canción, viene a ser un resumen de lo que es esta etapa sonora de la banda con un tono dramático muy marcado y una genial representación conceptual de lo que desarrolla temáticamente el disco. Se generaron una serie de interpretaciones posteriores sobre quí significaba realmente esta “caja negra”, pero hemos de quedarnos con lo que Cerati y los otros integrantes del conjunto han señalado sobre este corte y la necesidad de salir de ciertos patrones en los que estaba sumida la banda en ese momento.

Los sintetizadores hacen un trabajo importante en los arreglos, y la guitarra de Cerati marca perfectamente los quiebres de la canción. Es un tema que da un paso adelante en lo que es la identidad electrónica del sonido de Soda Stereo.

Soda perfeccionó su sonido sin irse por la tangente, se convirtieron en una banda seria, apostando por una madurez estítica y conceptual que dejó en el camino a tantas bandas de la ípoca del rock que de pronto, se volvieron intrascendentes ante esta carga de intensidad emocional.

Es sorprendente lo que un conjunto de canciones puede producir en una persona. La magia de Soda Stereo y del mismo Cerati se encuentra en estado puro en este disco. La variedad de sensaciones que provoca, la inmensidad de su alcance, esa capacidad de lograr algo que todo el mundo busca: vivir eternamente. Porque eso es lo que estos grandes del rock sudamericano lograron con este álbum (y otros). Pudieron con melodías, letras, instrumentos, emociones, ideas, mantenerse en vida por toda la eternidad. Porque no importa cuánto tiempo pase o cuántas nuevas bandas de rock aparezcan, este ícono de la música argentina se mantendrá arriba, en el corazón y en la mente de mucha gente. Es uno de los álbumes más maduros que he escuchado; alcanzó un nivel de producción y letras que pocas veces se ve, pues en ese tiempo los integrantes de la banda aún rozaban la juventud (Charly con 23 años, Cerati y Bosio con 27), aunque quizá la guerra, la dictadura y la represión amplió sus mentes de tal manera que lograron crear este álbum.

Fuente: edicioncalificada.com.ar