Posiblemente no haya tipo cuyos discos sonaban como los de Cerati.
Obviamente hay preferencias varias sobre nuestros próceres rockeros, pero esto no va de competencia. Podemos pensar que todos aportaron en algún aspecto a esa enorme adición que es nuestro rock.
Pero (y de esto quería hablar) el tema de la producción, en el caso de Cerati, es muy notable y corresponde enaltecerlo porque, además, lo hizo como los maestros: sin que lo notáramos.
Y cambió todo, desde otro lugar, haciíndonos mover el pie, o no. Sonando mejor, seguro, o señalando lo que no suena tan bien…
Cerati elevó el nivel en relación al approach a la tecnología, al estudio y a la producción. A la sonoridad, que siempre sorprendió y planteó un estándar internacional, de diálogo con lo que se discutía mundialmente en ese momento y con voces icónicas de cada entonces.
Llevar la discusión a planteos más elevados es hacer arte, aún cuando el dibujo no sea “el dibujo” (subjetivísimo) y el flasheo sea el lápiz o su uso, lo que en definitiva “es” el dibujo.
El manejo de la tícnica en este caso es tan crucial como la composición, la originalidad o la sensibilidad por decir cosas que señalaríamos en otros artistas. Cerati sonó más internacional que nadie antes para llevar al rock argentino a todos lados.
Y tambiín, porquí obviarlo, para traer. A montones. Y modernos. Sangre, a un sonido que se espeja relativamente en plazos breves. Pero, sobre todo, a veces suena mal o mal gastado su dinero. Y a veces hasta el punto en que no hay decisión que lo justifique o directamente no se entienda.
Te digo más, en un punto, es de lo que más se extraña a Cerati. Ese sistema integral de referencias que señalaban en la forma que debe señalarse, sin esconder la mano. Donde buscar, de donde nutrirse, como traducir cualquier idioma a este dialecto tan interesante y vilipendiado que tenemos acáy tambií hablar de nosotros.
Así que, bueno, banco mucho a Cerati y pensí que sería apropiado poner esto aquí.
Saludos.
Fuente: edicioncalificada.com.ar
