La comunidad internacional enfrenta una serie de crisis sin precedentes: desde el constante desafío de las variantes de la COVID-19 y los esfuerzos sobre el cambio climático, hasta las interrupciones en la cadena de suministro global y la invasión no provocada de Rusia a Ucrania.
Ahora más que nunca, la creciente intimidación retórica y militar de China pone en peligro la paz y la estabilidad regionales. Todo esto tendrá un impacto en la seguridad y el bienestar del mundo. Mientras los miembros de la ONU se reúnen nuevamente en Nueva York este año, vale la pena recordar a estos líderes que todas las personas, incluido el pueblo de Taiwán, tienen derecho a que sus voces sean escuchadas y a ser parte del esfuerzo colaborativo para abordar estos desafíos por el bien común global.
Siendo el faro de la democracia en Asia y fuerza para el bien en el mundo, Taiwán es un socio valioso que puede ayudar a superar estos desafíos globales. Desde el estallido de la pandemia de la COVID-19, Taiwán brindó apoyo humanitario en todo el mundo, que incluye a los barbijos y suministros médicos muy demandados, así como desarrolló y compartió su vacuna local.
Taiwán también envió más de 550 toneladas de suministros de auxilio al pueblo ucraniano tras la invasión rusa, además de realizar donaciones de más de 40 millones de dólares estadounidenses para los refugiados de ese país.
Asimismo, Taiwán se compromete a combatir el cambio climático con un plan de emisiones netas de carbono cero para 2050 y a implementar políticas para ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Como la 22ª economía más grande del mundo en términos de PIB y el mayor productor de semiconductores, Taiwán desempeña un papel clave en las cadenas de suministro mundiales.
A su vez, como defensor de la democracia, Taiwán trabaja para salvaguardar el statu quo y apoyar el orden internacional basado en el derecho. Mientras China utiliza la coerción para exportar su autoritarismo al extranjero, Taiwán deja que su sociedad libre y abierta sirva como ejemplo.
Lamentablemente, Taiwán no puede participar en el foro de cooperación global más grande e importante del mundo debido a la represión implacable de la República Popular de China (RPC).
Al combinar deliberadamente su principio de “Una Sola China” con la Resolución 2758 de la Asamblea General de Naciones Unidas – la resolución que determinó hace unos 50 años quién representa a “China” en dicha organización – Pekín confunde al mundo al difundir la falacia que Taiwán es parte de la República Popular de China. Contrariamente a estas reclamaciones falsas, la resolución no adopta una posición sobre Taiwán ni incluye la palabra “Taiwán”. El statu quo a largo plazo es que la República de China (Taiwán) y la República Popular de China son jurisdicciones separadas, y que ninguna está subordinada a la otra. Por lo tanto, el pueblo de Taiwán solo puede estar representado en la comunidad internacional por su gobierno elegido libre y democráticamente.
La interpretación errónea de la Resolución 2758 de la Asamblea General de Naciones Unidas ha privado durante mucho tiempo a Taiwán del derecho a participar en las Naciones Unidas y en sus agencias especializadas, y también ha negado a la comunidad internacional la oportunidad de beneficiarse de las contribuciones de Taiwán. Peor aún, los esfuerzos de la República Popular de China por reescribir el estatus de Taiwán en la ONU socavan aún más la paz y la estabilidad mundiales. Las recientes y peligrosas maniobras militares de Pekín en torno a Taiwán son un buen ejemplo de ello.
Taiwán defenderá firmemente su soberanía y seguridad. Como miembro responsable de la comunidad internacional, Taiwán seguirá ejerciendo la moderación en respuesta a las provocaciones de China y trabajará junto con Estados de ideas afines para defender la paz y la estabilidad en la región. Tal y como le hemos mostrado al mundo a lo largo de los años, continuaremos cumpliendo nuestras responsabilidades internacionales, comprometiéndonos activamente y contribuyendo a la comunidad internacional.
Agradecemos a los países del mundo que comienzan a darse cuenta de lo que Taiwán puede ofrecer; incluso muchos de ellos apoyan la sólida participación de Taiwán en el sistema de la ONU. Entre ellos, el Parlamento Europeo aprobó una resolución el 6 de julio de 2022 expresando su apoyo a la participación significativa de Taiwán en las organizaciones internacionales. Los países del G7 también han expresado un apoyo similar. En particular, en octubre de 2021 el Secretario de Estado de los EE. UU., Antony Blinken, alentó públicamente a todos los Estados Miembros de la ONU a unirse a los EE. UU. para apoyar la participación significativa de Taiwán en el sistema de la ONU.
Nuestros obstáculos compartidos requieren que todos pongamos manos a la obra. Estas graves crisis interconectadas solo podrán resolverse si el mundo entero coopera. Taiwán ha demostrado ser un socio confiable e indispensable, y el pueblo de Taiwán está dispuesto a contribuir. ¡Trabajemos conjuntamente todos unidos por el bien común global!