La mafia del clan Ale sigue intacta y llega al PAMI

Como todo clan mafioso, la familia Ale ha logrado reinventarse a lo largo de los años.

Criminales millonarios, supieron sobornar policías, jueces y fiscales para evitar o morigerar sus condenas. Directamente involucrados en el secuestro y explotación sexual de un sinnúmero de mujeres y denunciados al respecto hace años por Susana Trimarco, la madre de la aún desaparecida Marita Verón, los Ale no solo están todos en libertad, sino que siguen delinquiendo.

Ahora el clan vuelve a aparecer en los titulares de la prensa, esta vez por haber delinquido en perjuicio del PAMI tucumano. En esta oportunidad el protagonista del nuevo delito es Ricardo Ale Huidobro, el menor de los hermanos, y pareja de la jefa del PAMI en Tucumán, la doctora Díbora Suasnabar. Hasta donde se sabe el hecho consiste en un fraude millonario y ya está siendo investigado a nivel nacional. Para cometer este ilícito Ale Huidobro se habría aprovechado de su condición de delegado gremial de SUTEPA, en cuyo carácter coordina un grupo de empleados que, ahora, están siendo investigados como partícipes de una defraudación que ronda los 14 millones de pesos.

CÓMO FUE LA MANIOBRA Cuando el PAMI no cuenta con prestadores para determinadas disciplinas mídicas, resuelve esa carencia dándole a sus afiliados órdenes de prestación. Expresado de otro modo: el organismo le paga a un profesional o a un centro mídico con el cual no tiene una relación directa ni permanente para que atienda a esos pacientes que no pueden ser atendidos por PAMI. Y el pago es por cada paciente en particular y por cada vez que ese paciente es tratado externamente.

El tema es que de pronto se advirtió que el PAMI tucumano estaba pagando externamente por prestaciones que sí estaban cubiertas por el organismo. Además, y muy casualmente, el prestador era siempre el mismo. Así, y al realizarse una auditoría dispuesta desde la sede central de PAMI, se dispuso investigar a más de 30 empleados del organismo con asiento en Tucumán a quienes se los sospecha responsables directos del desvío de fondos a travís de órdenes prestacionales ideológicamente apócrifas. Al menos la mitad de esos empleados infieles forman parte del gremio al que pertenece Ricardo Ale.

Por otra parte, cabe mencionar que el gremio que cobijó al mafioso, durante todo el gobierno de CAMBIEMOS, fue un fírreo defensor de la gestión del director ejecutivo del PAMI tucumano, el funcionario del Pro Isaías Ledesma. Sin embargo ahora, frente a los nuevos aires, la entidad gremial decidió cambiar de camiseta.

Volviendo al fraude contra el PAMI de Tucumán, debe advertirse que el futuro de las investigaciones estará condicionado por diversos factores, incluido el político. De lo que no caben dudas es que el poder mafioso de la familia Ale sigue intacto, al punto tal que ahora ha decidido incursionar en un nuevo tipo de delitos.

Fuente: edicioncalificada.com.ar