El Jefe de Gobierno dijo "Conmigo se terminará el curro de los Derechos Humanos".
Se sabe Mauricio Macri -el nuevo amigo de Carrió- nunca condenó las atrocidades de la dictadura, no tuvo palabra alguna pidiendo la devolución de los niños y niñas que robaron los militares y estuvo muy de acuerdo con el indulto a Videla y compañía en los años noventa.
Ahora, ratificando este posicionamiento, en reportaje a La Nación, dice que si llega a presidente su preocupación será que “se acaben los curros en los derechos humanos”. Si hay algo que lo pinta de cuerpo entero al candidato del PRO, es esta definición.
Sus negocios familiares se vieron favorecidos en cientos de millones de dólares gracias a que Domingo Cavallo, en ese entonces Presidente del Banco Central del Proceso, les estatizó las deudas (que luego pagamos todos los argentinos). De allí en adelante siempre giraron aquellos en torno de los contratos con el Estado, en particular con las presidencias de Carlos Menem. Nada ha cambiado en los siete años que lleva al frente del gobierno porteño, el “capitalismo de amigos” de los Kirchner se reproduce tal cual en la Ciudad de Buenos Aires. Cómo será la cosa que hasta Lilita lo ha tenido que denunciar hace poquito nomás.
Con esta historia por detrás, no tiene nada de raro que para Mauricio el problema principal a resolver en nuestro país es el “curro” de los DDHH. Del curro de los empresarios amigos y de la corrupción que azota a estos pagos ni una palabrita. Queda claro adonde apuntará el hombre si llega a la Rosada.
¿Quí tenemos que ver las fuerzas progresistas con las ideas y los proyectos del PRO y Macri? Nada por cierto. UNEN nació para bregar por otro país.
Fuente: edicioncalificada.com.ar
