Para preservar su poder, intendentes del conurbano no frenarán cortes de boleta

uieren garantizar el triunfo a nivel municipal y superar la intención de votos que los sondeos les dan a sus cabezas de lista nacionales; el escenario se repite en todas las fuerzas.
Al margen de la batalla que se libra a nivel nacional, las elecciones esconden otros combates más pequeños -y silenciosos- que se libran en el conurbano. Muchos intendentes no frenarán un corte de boletas en sus municipios para evitar poner en riesgo su poder territorial, en una estrategia que atraviesa a las distintas fuerzas políticas.

Se trata, principalmente, de jefes comunales que ya en los comicios presidenciales de 2015 consiguieron más votos que sus propios candidatos a presidente. No están dispuestos tampoco esta vez a perder caudal político, aunque públicamente estín alineados con Florencio Randazzo, Sergio Massa o Cristina Kirchner. Incluso en Cambiemos se da ese juego en favor del corte de boleta.

Un caso Juan Zabaleta (Hurlingham) se alinearon a un candidato a senador que difícilmente se acerque al 40% de los votos que sacaron como intendentes en 2015. Esos números incluso superaron a los que obtuvo Daniel Scioli en sus distritos (34,5% en San Martín y 37% en Hurlingham) y están por encima de los datos que pronostican hoy las encuestas para los candidatos nacionales.

"La gente es independiente para elegir. La mejor campaña es la gestión, la palabra y la cercanía", dijo a LA NACION Katopodis al ser consultado sobre un eventual corte de boleta que evite que el elector migre si no coincide con la figura de Randazzo. En estricta reserva, un colaborador del intendente reconoció que "se pone en juego la puesta en valor" de la gestión. "Nos queda bien el discurso de transparencia y de respetar la palabra que impulsa Randazzo. No vamos a repartir la boleta ya cortada porque no sirve para nada, pero la gente tiene mucha confianza en Gabriel. Podemos mostrar nuestra gestión y defenderla", aseguró.

Cerca de Zabaleta reconocieron que "el corte va a estar" porque en el conurbano "siempre existió" y aseguran que su figura tiene un nivel de aprobación cercano al 70%, situación que le da muñeca tambiín en el Concejo Deliberante. Si bien el intendente de Hurlingham fue uno de los primeros en apoyar a Randazzo, se lo vio poco en campaña, sobre todo desde que Cristina Kirchner se sumó a la competencia, llevándose casi un tercio de los votos de la provincia, según los sondeos. "Nosotros estamos muy bien en lo local y estamos encerrados en el municipio cuidando eso. Nos viene bien no participar de la campaña, a pesar de que apostamos a la renovación del peronismo", dijo un asesor de Zabaleta. Y puntualizó que "hay que explotar el corte de boleta del que va a votar a Massa pero no quiere a Luis Acuña (ex intendente massista que perdió en 2015)".

Un factor que interviene en estas elecciones, y que las diferencia de las pasadas, es la división del peronismo. Mientras antes había una única figura que traccionaba los votos y jugaba en contraposición a la de Mauricio Macri, ahora hay tres: Cristina, Massa y Randazzo. Intendentes que tienen una intención de voto muy superior a los porcentajes máximos que podrían obtener sus candidatos apuestan a que su gestión en el municipio evite esa atomización de votos. Un caso es el del intendente de San Fernando, Luis Andreotti, quien en 2015 se hizo con más del 50% del padrón y, con ese corte de boleta, dejó visiblemente atrás a Massa, que obtuvo casi 35%. El domingo, su cabeza de lista será su mujer, Alicia Aparicio, que figura en la boleta con el apellido de casada.

En Cambiemos y en Unidad Ciudadana hay varios intendentes con un porcentaje de aprobación superior al de sus cabezas de diputados nacionales. "Es cierto que en 2015 hubo una diferencia entre lo nacional y lo local. Creo que se va a mantener eso. Igual, la gente vota con libertad y Tres de Febrero va a ser uno de los pilares para sostener el proyecto nacional", dijo a LA NACION Diego Valenzuela (Cambiemos, Tres de Febrero). Valenzuela obtuvo hace dos años el 43% de los votos, casi siete puntos más que lo que cosechó Macri en su distrito.

En Merlo se dio la misma situación cuando Gustavo Meníndez (FPV) derrotó al histórico intendente Raúl Othacehí y se instaló ocho puntos arriba del porcentaje que obtuvo Scioli. "En 2015 hubo un rechazo muy grande al intendente anterior", explicó Meníndez. "Hoy Cristina está muy consolidada en Merlo, pero puede haber un sector que, conforme con nuestra gestión, nos sume un voto a nivel local. Igual, defendemos la lista entera", aseguró el jefe comunal. Por las dudas, la cabeza de lista a concejales lleva su apellido: Karina, su hermana, se probará el domingo que viene en las urnas.

Fuente: edicioncalificada.com.ar