“Sobre la ignorancia no se puede construir nada”

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El vicerrector de la Universidad de la Defensa Nacional, Eduardo Seminara defendió el rol de la educación pública, reivindicó la presencia activa del estado en cuestiones tan sensibles como la industria de la defensa, y afirmó que hoy la soberanía de un país también pasa por el desarrollo y control de las comunicaciones.
El licenciado Eduardo Seminara destacó la importancia y el nivel que ostenta la UNDEF, casa de altos estudios creada durante la anterior gestión del peronismo. Con sede central en el mismo edificio que durante muchos años albergara a la antigua y hoy subsumida Escuela Nacional de Defensa, sita en Maipú 214, en pleno centro porteño, la UNDEF es de hecho la universidad de las fuerzas armadas pero también abre sus claustros para el conjunto de la comunidad argentina. En declaraciones al programa “De Cultura y de Trabajo” que se emite por RADIO SECLA FM 106.1 bajo la conducción del periodista Nicolás Avellaneda, Seminara explicó el verdadero alcance que hoy tiene la expresión “defensa nacional” y subrayó la importancia del polo industrial y tecnológico que funciona bajo la órbita del ministerio de Defensa, del cual también depende la UNDEF.

“La UNDEF es una universidad nacional, pública y gratuita creada, por ley del Congreso, en noviembre de 2014 –comenzó explicando Seminara-. En este caso, el Parlamento aprobó el proyecto de concentrar en un solo lugar todo lo atinente a la formación que, hasta entonces, estaba disperso en distintos ámbitos del ministerio de Defensa y de las fuerzas armadas.

Sobre esa necesidad política, se creó la Universidad de la Defensa Nacional. Hoy, la universidad cuenta con un total de 14 facultades que reúnen unos 12 mil alumnos. Entre ellas podemos citar a Fa.De.Na, la Facultad de Defensa Nacional; la Facultad de la Fuerza Aérea, la de la Armada y la del Ejército; el Centro Regional Córdoba; la Facultad de Administración y la Facultad de Ingeniería, además de la de Formación Conjunta de Oficiales Superiores de las tres fuerzas. Cada una de esas casas tiene su propio Decano, y todos reportan al rectorado cuyos miembros (Rector y Vice) son designados por el ministro de Defensa. La UNDEF tiene todas las atribuciones y obligaciones de una universidad pública y estatal, con la particularidad de que en ella se forman los integrantes de las fuerzas armadas. Aunque también pueden estudiar los civiles”.

Seminara, licenciado en Comunicación Social y ex diputado nacional por Santa Fe entre otros títulos y funciones, explicó que la UNDEF “tiene carreras de grado como las que tradicionalmente conocemos: Contador, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales; también, carreras de pos grado destinadas a aquellos que requieren alguna maestría, doctorado o especialización, y carreras de pre grado, que son las tecnicaturas universitarias. Todas las esas ofertas educativas están abiertas a la sociedad en general; el resto, desde luego, está reservado a los integrantes de las fuerzas armadas”.
En otro orden, el vicerrector de la UNDEF se refirió al concepto de “defensa nacional”, explicando que en verdad la expresión tiene una dimensión mucho mayor de la que se cree.

“En la Argentina en general, por los vaivenes de su política, se tiende a restringir el concepto de defensa nacional a lo inherente a las fuerzas armadas. Esto a pesar de que la propia estructura del ministerio de Defensa, y el concepto en sí mismo, es mucho más amplio. Nosotros decimos que las fuerzas armadas son el instrumento militar de la Nación y el ministerio de Defensa es el ámbito donde el presidente, como comandante en jefe de las tres fuerzas, delega toda la tarea de formación de esas fuerzas, de defensa del territorio; de construir y desarrollar un polo industrial para la defensa”.

Y tras explicar que el rol de las fuerzas armadas hoy también incluye realizar tareas humanitarias como ahora con el COVID 19 y antes y siempre en catástrofes naturales, Seminara aludió al flamante Fondo para la Defensa Nacional que acaba de votar el Congreso y que permitirá que el área a cargo del ministro Agustín Rossi cuente “con un porcentaje del total de ingresos anuales del país, tanto para la formación de los miembros de las tres fuerzas, como para su reequipamiento, su profesionalización y también para el sostenimiento del complejo industrial de la defensa” . Digamos que este complejo incluye a la Fabrica Argentina de Aviones, Tandanor, Fabricaciones Militares, ARSAT y el Centro de Investigaciones para la Defensa (CITEDEF), entre otros.

Finalmente, Eduardo Seminara hizo alusión al concepto de soberanía: “Creo que el problema de la soberanía es algo que debe preocuparnos cada vez más. Y no desde el punto de vista de encierro dentro de nuestras propias fronteras, mirándonos el ombligo, sino desde un lugar amplio y participativo. Que piense que la Argentina, siendo un país soberano en ciencia y tecnología, puede ser tomador de otros países con mayor grado de desarrollo científico-tecnológico y a la vez ser solidariamente dador de ciencia y tecnología. Por ejemplo, esto que recién comentaba de los satélites: cuando Argentina orbite este tercer satélite de comunicaciones, va a estar en condiciones de atender la necesidad de cualquier país latinoamericano que quiera comprar, alquilar o recibir servicios de telecomunicaciones”.

En esa línea de pensamiento, el vice de la UNDEF subrayó que hoy un país que no desarrolla ni tiene el control de sus propias comunicaciones no puede ser soberano. Por eso destacó “la red federal de fibra óptica, que el país venía llevando adelante con un muy buen programa que luego quedó inconcluso y del que ahora el presidente anunció su terminación, garantiza un piso de igualdad en el acceso a las comunicaciones. Me refiero a Internet, a la telefonía celular móvil y, en general, a los nuevos tipos de comunicación que en realidad son un servicio público más pues permiten acceder a un cúmulo de bienes que, si bien son simbólicos, no dejan de ser muy importantes: educación, salud, entretenimientos, televisión. Todo este tipo de cosas nos hacen repensar qué tipo de país y qué tipo de ciencia queremos”.

Y concluyó: “Por eso, esta idea que hemos sostenido como nación, que hemos defendido varias veces, porque se la ha querido arancelar, cerrar o desfinanciar, y fue la sociedad la que salió en defensa del complejo científico tecnológico nacional, a nosotros debe ponernos orgullosos y nos debe hacer sentir partícipes de cada uno de los logros obtenidos por el país en esa materia. Hubo un ministro de Economía que mandó a los científicos a lavar los platos. Cosas como esa no deben olvidarse y menos repetirse, nunca más.

Porque uno puede discutir porcentajes, asignación de recursos, prioridades… Pero lo que no puede discutirse es que un país con educación, ciencia y tecnología propias; independiente y que crea conocimiento, es un país mejor para todos. Sobre la ignorancia no se puede construir nada”.