Tres intendentes del conurbano bonaerense propondrán en las próximas horas al gobernador Axel Kicillof un endurecimiento de las medidas de restricción de circulación ante el crecimiento de contagios y fallecimientos en sus distritos a consecuencia de la pandemia de coronavirus.
“Los muertos no van a la escuela, los muertos no compran en los negocios, los muertos no van a trabajar”, graficó el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, para expresar la necesidad de restringir aún más la circulación del covid-19.
Menéndez, junto a Juan Zabaleta, intendente de Hurlingham y Alberto Descalzo, jefe comunal de Ituzaingó, dialogaron esta tarde con periodistas nucleados en la Asociación de Periodistas de la República Argentina (APERA).
El intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, aseguró que “la situación en el conurbano está muy cerca del colapso total” por el alto número de contagio de coronavirus que se registra en la segunda ola de la pandemia.
En una conferencia con la Asociación de Periodistas de la República Argentina (APERA), Descalzo consignó que “en el sector público quedan algunas camas y en lo privado está todo ocupado”.
El intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, sostuvo que los jefes comunales de partidos del conurbano bonaerense tienen que “esperar y acompañar lo que decida el gobierno nacional y también el gobierno provincial” con las próximas medidas que se adoptarán por la pandemia.
En una conferencia con la Asociación de Periodistas de la República Argentina (APERA), Zabaleta informó que en su distrito “tenemos 130 casos por día” y aclaró que “la distribución de vacunas es correcta” aunque “estamos en el peor momento” de la situación por la segunda ola.
El intendente de Merlo, Gustavo Menéndez reconoció que “un diez por ciento” de la población de su populoso distrito “que representa unas 70 mil personas” no acatan las restricciones y aceptó que en su mayoría “son los jóvenes”.
En una conferencia con la Asociación de Periodistas de la República Argentina (APERA), Menéndez dio como ejemplo que “están prohibidos los torneos de futbol y se hacen, hay fiestas clandestinas y reuniones familiares que no respetan el número máximo establecido”. “Es una cuestión sociológica muy profunda”, añadió.
